lunes, 5 de mayo de 2025

LOS HÉROES DEL BALTORO

      

     El trekking del glaciar del Baltoro, es uno de los más salvajes que se puedan realizar, discurre por el norte de la región de Cachemira pakistaní y es motivo de constantes disputas entre Pakistán y la India.


Mapa de la región de Cachemira


     El recorrido discurre por el glaciar del Baltoro, en la cordillera del Karakorum, entre las poblaciones de Skardu y Hushé.


                                            Comerciantes del Bazar de Raja Rawalpindi




                                             Comerciantes del Bazar de Raja en Rawalpindi



     

                                                       Autobús típico pakistaní


     Para llegar a Skardú, salimos muy temprano de Islamabad, por la Karakorum Highway son aproximadamente 637 km y 2 días completos de ruta con alguna avería y 5 horas parados por causa de una avalancha que cubrió la carretera llegamos a Skardú.

                                                      La Karakorum Highway






Reparando un pinchazo en ruta






 La Karakorum Highway
Parada en Babussar Pass a 4.800 metros


     El tercer día tenemos 6 horas en 4x4 de Skardu a Chilas, donde nos esperan nuestros porteadores para iniciar la ruta a píe.


Camino de Skardu a Chilas





Cartel informativo glaciar del Baltoro



        Los trekking no se podrían realizar sin el trabajo de los equipos de porteadores y cocineros baltís que   transportando cargas de hasta 30 kg, hacen más cómoda la ruta para los senderistas, que solo 





Porteadores Baltís



tienen que llevar un macuto pequeño para la jornada, con lo necesario, agua, ropa de abrigo y en mi caso la cámara de fotos.




Cruzando el río Braldo


     El camino va constantemente, serpenteando de la orilla derecha a la orilla izquierda del río Braldo, lo cual sería muy complicado he incluso en algunos pasos sería imposible, sin la presencia de puentes y aunque su aspecto es de lo más rudimentario, son muy resistentes permitiendo el paso de personas y animales.







Cruzando el río Braldo


    En algunas ocasiones tuvimos que sortear la corriente andando con mucho cuidado por las piedras mojadas con riesgo de caer al caudal del Braldo. 




Cruzando el río Braldo


     Algunos de los puentes son de lo más artesanales requiriendo un contante mantenimiento.

     Los cocineros nos preparan el almuerzo por el camino, en los pocos lugares planos donde nos podemos sentar en el suelo, para comer.

Preparando la comida en ruta



Una parada en el camino para comer

     La ruta es un continuo subir y bajar buscando los mejores pasos para nuestros porteadores y nuestras mulas.






Entrando en la morrena del glaciar del Baltoro

    
     


     La marcha por las morrenas es un constante subir y bajar por zonas de piedras y tierra inestable lo que provoca más de un resbalón, aunque para nuestros porteadores, no requiere mayor problema, pues llevan generaciones viviendo aquí y están totalmente adaptados a las irregularidades del terreno y la altura que paso a paso vamos consiguiendo. 








Caminando por la morrena del glaciar


     La radiación solar en estos lugares es muy fuerte por lo que llevar un paraguas es muy útil para protegerse del sol de la mañana, aquí las temperaturas son muy cambiantes, pasamos de los 35º de media mañana a los -10º, de las noches. 
  

     A parte del equipo porteadores, también llevamos unas trece mulas para que nos ayuden a transportar el equipo hasta  donde comienza el glaciar que son sustituidas por porteadores.






Mulas transportando nuestro equipo










Transportando nuestra la comida     


     La mejor forma de transportar la carne consumo para nuestro en estos lugares es que se transporte ella misma.



Campamento con las torres del Trango al fondo




Preparando la jornada siguiente en la tienda comedor









Nuestros porteadores baltís descansando al final de la jornada




Dos porteadores preparando su lugar de pernocta

     El cielo nocturno es espectacular y aunque vamos acumulando cansancio, hacemos un último esfuerzo para no meternos a dormir a las tiendas y esperar a la noche para poder realizar unas fotografías nocturnas espectaculares.






      En el Baltoro se encuentran cuatro de las cinco cumbres de más de 8.000 metros que tiene Pakistán, entre ellas el K2, que con sus más de 8.600 meros es la segunda montaña más alta después del Everest.

Campamento en Concordia, K2 entre nubes




Campamento en Concordia con el K2 al fondo



Atravesando un grupo de penitentes





Pisando el glaciar del Baltoro




Collado del Gondogoro 5.600 metros, a la izquierda el K2




Campamento al pie del Laila Peak


Compartiendo juegos con nuestros compañeros baltís


Porteadores descansando después de una dura jornada






Montañas mires donde mires


     En doce días que dura este trekking en ningún momento dejas de ver montañas a ambos lados del camino, todas entre los 5.000 y los 8000 metros de altura y que parece, solo parece que están al alcance de la mano.

Despidiéndonos de nuestros compañeros baltís

     Momento de la despedida de nuestros compañeros de viaje, con unas palabras de agradecimiento por parte de nuestro guía local Mustaza, y la tan esperada propina por otra parte muy bien merecida por el trabajo tan profesional que han realizado siempre atentos para ayudar en lo que fuese necesario.


Colegio mixto en la aldea de Hushé


     Una vez que llegamos a la aldea de Hushé, hermanada con España ya que el gran Littel Karim colaborador imprescindible de los programas de TVE, de los años 90, Al Filo de lo Imposible, incluso el único hotel de la aldea se llama El Español en homenaje a nosotros.









    Los habitantes de esta aldea son gente muy amable y simpática siempre dispuestos a dejarse retratar para nosotros con una sonrisa.




De paseo por Hushé


     En la aldea de Hushé se da por finalizado el trekking del Baltoro, desde aquí y en unas 5 o 6 horas de viaje retornamos a Skardú, desde donde volveremos ya vía aérea a Islamabad para retornar a España. 

     El pueblo pakistaní, es gente muy amable y simpática, a la que les encanta que les hagan fotos, he incluso fotografiarse con los extranjeros, siempre por supuesto, manteniendo el máximo respeto y pidiendo permiso por anticipado para realizar las fotografías a lo cual lo normal es que accedan muy gustosamente.




Familia pakistaní posando para la cámara






Y por fin toca descansar


     Este viaje fue realizado en agosto del 2023, gracias a la agencia https://www.taranna.com/, y de nuestro guía y fotógrafo http://luismiguelsoriano.com/.



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